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La cocina de las emociones.

Chefs con corazón

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Tan necesario es sentir como alimentarse, y en este escenario se plantea esta propuesta de Educación Emocional que relaciona dos campos estrechamente unidos: “la necesidad de alimentar el cuerpo y la necesidad de nutrir el corazón”. En muchas ocasiones hemos sentido la respuesta de  comer impulsivamente ante una situación de estrés o por el contrario, la inapetencia de llevar algo de comida a la boca en momentos de tristeza o nostalgia. Emociones como la rabia, la euforia, la pena, la vergüenza o el asco afectan de manera muy poderosa a nuestro apetito.

La “Cocina de las Emociones” no persigue en su fin último la obtención de soluciones a problemas emocionales, como el control de la ira o la regulación de los celos, sino la construcción de esas competencias a través de un juego simbólico basado en la elaboración de menús con ingredientes y platos muy especiales. Sin duda, este juego que comienza en el aula y que tiene como apoyo una cocina de juguete y algunos ingredientes y alimentos de plástico, puede trasladarse al hogar constituyéndose en una poderosa herramienta de unión, de comunicación y, por supuesto, de trabajo emocional en familia.

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¿QUIERES CONOCER CÓMO SE FRAGUÓ EL PROYECTO?

¿Para qué queremos menús con corazón?

Podríamos decir que el caldo perfecto, rico y nutritivo, que contiene la esencia de este proyecto, no tiene otro secreto que incluir  en él los ingredientes esenciales para favorecer la adquisición de las “competencias emocionales”. Entenderemos estas, en nuestro lenguaje gastronómico, como los “ingredientes esenciales para el desarrollo de la personalidad”.

Por tanto, el fin último de nuestros menús con corazón es que tanto cocineros, como comensales, (maestros, familias y alumnado), quede saciado de bienestar y felicidad y disponga de los recursos necesarios para afrontar los retos de la vida. Así de sencillo y así de complejo a la vez.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Formación de equipos.

Antes de empezar a diseñar nuestros menús, debemos comenzar por identificar cuáles son las necesidades de nuestros clientes. ¿De qué tienen hambre hoy? ¿Qué emociones, actitudes, valores o creencias queremos trabajar? ¿Qué tipo de habilidades sociales o inteligencias debemos priorizar?

El jefe o jefa de cocina (maestro o maestra), que ejercerá como líder y director de las tareas llevadas a cabo, será quien guíe el proceso en todas las situaciones que puedan presentarse en los fogones (aula).

A partir de ese momento, dividiremos la clase en grupos de trabajo con un “chef director” que se encargará de supervisar el trabajo del resto de sus cocineros y  presentar el menú final tomando nota de los platos que formarán parte de él.

Diseño de Menús.

  • En medida de lo la posible dominará entre los ingredientes o platos elegidos, el color de la emoción que representan.

  • Todos los menús estarán compuestos de tres platos: entrante, plato principal y postre.

  • Los chefs tienen que pensar en los platos que van a elaborar utilizando términos lingüísticos relacionados, no solo con el vocabulario de las emociones, sino también con el gastronómico, incluso en diferentes lenguas. Así por ejemplo un menú contra la rabia puede tener un plato principal que se llame “Hamburguesa enfadonesa”.

  • Todos los menús deberán ir acompañados de un consejo breve pero consensuado entre el equipo de cocineros que ayude a los clientes a saborear de una manera más adecuada los diferentes platos y profundizar sobre el sentimiento o emoción tratados.

Diferentes tipos de menús.

  • Menú compartido.

El jefe o jefa de cocina preguntará a los todos los clientes cómo se sienten hoy. Si la emoción predominante ese día es, por ejemplo la calma, se decidirá elaborar un menú basado en esa emoción, si por el contrario es la tristeza, el menú deberá dirigirse a buscar ingredientes y platos que ayuden a combatirla. Todo el grupo (clase) se centrará por tanto en el trabajo de esa emoción concreta.

  • Menús a elegir

Puede darse el caso, ocurrirá muchas veces, que los clientes tengan diferentes necesidades, es decir que contesten de manera muy distinta cuando les preguntemos cómo se sienten hoy. En estos casos podemos centrarnos en el diseño de menús que den solución a las emociones más repetidas, no más de tres. Eso no quiere decir que nos tengamos que olvidar del resto de emociones nombradas, pero podemos apuntarlas en la reserva para otra ocasión (actividades tutoriales o sesiones periódicas de trabajo emocional).

  • Menú a la carta

Tan variadas son las situaciones y momentos por los que pasamos en la vida como inesperados. Pueden presentarse en el aula situaciones puntuales en las que debamos ponernos manos a los fogones para diseñar un menú a la carta, específico para saciar el apetito de un alumno o alumna que pasa por un momento difícil, complicado, o quién sabe,  una situación de gran alegría que quiera compartir con los demás.

Para estos casos particulares nuestros chefs están preparados para realizar “menús a la carta”, es decir diseñados por y para satisfacer las necesidades del cliente más exigente.

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MANUAL DIDÁCTICO

Aquí tienes el manual con toda la información sobre: objetivos,  metodología, competencias, puesta en marcha, evaluación y muchas cosas más.
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